Una mujer y su olla de miel
Había una
vez una mujer que un día fue al mercado con una olla de miel en la cabeza.
Mientras iba por el camino, empezó a pensar que vendería la miel y que, con lo
que le diesen, compraría una partida de huevos, de los cuales nacerían gallinas
y que con el dinero que le diesen por las gallinas compraría ovejas, y así fue
comprando y vendiendo, siempre con ganancias. Y pensando en esto, tropezó, la
olla cayó sobre una señora, y se rompió en mil pedazos. La señora enojada, la miró
amenazadoramente y se transformó en bruja; dijo unas frases extrañas y un
agujero enorme y negro empezó a girar arriba de la mujer que llevaba la miel.
Luego, el agujero, la atrapó, se la llevó y desapareció. La bruja dio media
vuelta y se fue riendo.
Al final,
la mujer fue enviada a un pueblo con el que se encontró personas algo torpes
como ella; pero allí, tuvo buenos amigos y hasta formó una familia que terminó
gobernando al pueblo. Ella sintió que permanecía a ese lugar y que era más
felíz allí que en donde vivía antes.
FIN